40K RT - LJDF 01 - Servitor
Los
nuevos oficiales habían bajado a la superficie de Trúcula, uno de los
planeta forja del subsector. Franciscus se quedó a bordo, a la espera de
noticias, y vetó el desembarco de marineros hasta nueva orden con la
esperanza de llamar la atención lo menos posible de la espesa maquinaria
de burocracia que era el control de aduanas planetario. El Máquina, el
único traficante de Trúcula que sabía cómo eludir los controles era, sin
lugar a dudas, un invariable camino a seguir para introducir un
cargamento no completamente lícito; pero el riesgo merecía la pena,
incluso con el corte
de El Máquina, Trúcula era una de las bestias más grandes devoradoras
de recursos del subsector Longue Remotos, de manera que, la demanda de
materias primas -y su precio- se disparaba en el atestado planeta forja.
Como toda transacción ilegal era arriesgado pero... los Tronos eran los Tronos...
Sin
embargo había algo que preocupaba a Franciscus más que las leyes de
comercio de Trúcula, algo que habían detectado los augurios y auspicios
de La Joya, una mancha oscura de conflicto y despropósito flotando en la
órbita del planeta; otra nave mercante. Una que Franciscus conocía muy
bien, la ballena blanca de sus sueños, su enjambre xenico de Ultramar,
su Ojo del Terror particular; era el mercante L’exquise.
Se sirvió otra copa.
Franciscus
observaba en silencio las gráficas donde aparecía recortada L’exquise
contra la estrella del sistema. ¿Por qué tanto odio? Se preguntó y
recordó por un momento a su segundo hijo, Crisis, para entonces
tecnosacerdote en la capital del subsector.
El
puente estaba vacío y en penumbra, bañado por el fulgor verde y ocre de
los monitores monocomo. Franciscus había enviado al resto de oficiales a
descansar pero no todos lo estaban haciendo; la puerta traqueteó y se
abrió al otro lado de la habitación, la parpadeante luz del pasillo bañó
lentamente la soledad del capitán. Unos pasos metálicos tintinearon
contra el suelo. Franciscus terminó su copa de un trago.
Y se sirvió otra.
-Fero, ¿Qué quieres?
-Capitán
-la voz del Magus sonó acerada contra las paredes del puente -, tan
solo informar que tres nuevos servidores se han incorporado a nuestra
flota de autómatas.
-Bien; prográmalos para tareas de limpieza.
-Sí señor -el sirviente del Omnissiah se dió la vuelta -.
-Magus, ¿quienes eran? -Preguntó Franciscus interrumpiendo la marcha del tecnosacerdote.
-Los
involucrados en la reyerta que ocurrió hace trece días y siete horas;
Armand Hel, Festus Ababol y Jacinto García, respectivamente jefes de los
grupos de mantenimiento Secundus, Quintadecima y Cuartadecima;
retenidos por orden de los nuevos oficiales tras...
-Se
lo que ocurrió -interrumpió Don Paco al Mechanicus -. Por el amor del
Trono, Fero, podrías consultarme antes de hacer eso con los prisioneros;
otra vez más. ¿Que le diré ahora a sus familias?
-Que no volverán a causar problemas.
El tintineo metálico se desvaneció por el pasillo.